Un poco de historia...
La bastida de Beaumont-du-Périgord fue fundada en 1272. Hasta 1320 no se dotó de un sistema defensivo. A lo largo de los siglos, la puerta de Luzier fue singularmente maltratada por la Guerra de los Cien Años, por las Guerras de Religión y también por el tiempo.
En el siglo XVIII, la ciudad perdió sus murallas. El muro circundante se vendió a los vecinos, que lo derribaron o construyeron sus casas contra él. Lo único que queda es la puerta de Luzier, partes de las murallas y una torre.
Originalmente, la puerta estaba flanqueada por una torre cuadrada como parte del sistema defensivo. Las murallas por encima de ella tienen una pasarela en el espesor de la muralla.
Hoy en día, ha perdido sus almenas y matacanes, pero se conservan los toboganes del rastrillo. Tiene dos filas de bisagras verticales diseñadas para soportar las hojas que debían cerrar el portón.
Catalogada como "monumento histórico" desde el 17 de mayo de 1952, la Puerta de Luzier, con su arco ligeramente roto, sigue siendo testigo de una época que admiramos cada día.
