Pongamos rumbo a este castillo a las puertas de Bergerac. Para empezar, toma la carretera antigua (D13) para acceder al castillo. Este se irá mostrando poco a poco rodeado de viñedos (bueno, ¿Monbazillac como el vino? ¡Exacto!).
Al llegar lo primero que te sorprenderá será la majestuosidad de este castillo de aspecto medieval y renacentista. Continúa unos metros para recorrer la magnífica senda que lleva a este edificio construido hace cinco siglos. Seguro que entonces te entran las ganas de saber más y cruzarás la imponente puerta defensiva para acceder a su historia, ¡y a muchas cosas más!
Dentro de él hay grabados, estampas, dibujos originales de artistas desaparecidos, así como una sala dedicada completamente a un artista contemporáneo.
¿El punto culminante de la visita? Desde luego, el muro de 6000 botellas de Monbazillac de color oro.
¿Quieres más? Sigue entonces por la parte de abajo para disfrutar de una vista impresionante de Bergerac y el valle del Dordoña.
Por último nos dirigimos al pabellón de recepción para concluir la visita como es debido, ¡degustando Monbazillac!