Un poco de historia
Puerto de aguas profundas, este pueblecito de marineros, pescadores, artesanos y comerciantes de la vid y del vino ha alcanzado su apogeo artesanal y comercial con la edad de oro de la navegación interior por el Dordoña.
Port Sainte Foy hoy
Una intensa vida marinera animaba entonces los muelles, bodegas y almacenes que bordeaban el río.
Hoy en día, Port Sainte Foy y Ponchapt son también sinónimos de turismo y ocio: rutas de senderismo, iglesias románicas y molinos, dos centros de actividades náuticas (remo y piragua), y, por último, la casa del río, con sus espectaculares vistas sobre el Dordoña. Se encuentra en los muelles, en las antiguas bodegas. Este museo narra la vida fluvial, desde la canoa prehistórica hasta la última barcaza de dragado, los bateleros, los oficios relacionados, las mercancías transportadas, los modos de vida, pero también la fauna y la flora del río, y todo el territorio vitícola ligado al río durante tanto tiempo.