Para empezar, servimos el aperitivo con un vino dulce bien fresco (Côtes de Duras, Côtes de Bergerac, Rosette o Côtes de Montravel). ¿Te parece un pelín dulce? No hay problema, optamos entonces por un vino blanco seco (Bergerac, Duras o Montravel). Es solo cuestión de gusto.
Pasemos ahora a cosas serias. ¿Qué te parece un foie gras del Périgord acompañado de cebolla caramelizada? Eso marida a la perfección, por ejemplo, con un Monbazillac. Degusta también un Saussignac, igual de generoso y que se suele producir en agricultura ecológica.
Lo siguiente es a elegir. Un Pécharmant, un Côtes de Bergerac o un Montravel serán perfectos para una carne a la brasa, mientras que el Bergerac Rosé será una opción fantástica con una ensalada estival.
Si pasamos a los quesos, un Bergerac Rouge o un Côtes de Duras acompañarán como se debe al plato traído del mercado. Puedes, por ejemplo, tomar un Roquefort con un vino dulce: ¡una sorpresa deliciosa!
Por último, la fresa del Périgord se sublima con un rosado o un generoso. ¿Eres más de chocolate? Apuesta entonces por un tinto y ya nos contarás. Ya solo te falta oficializar la invitación y compartir un buen rato en torno a los vinos de Bergerac-Duras.