Situada en el extremo de un espolón rocoso y con vistas a la Dordoña, la capilla recuerda la leyenda de San Front, apóstol del Périgord, que abatió a un terrible dragón, el Coulobre.
Se dice que una gran piel de serpiente permaneció visible durante mucho tiempo en la pared de la nave en recuerdo del dragón derrotado. Incluso se dice que la guarida del dragón se encuentra bajo la capilla (cueva).
La capilla data del siglo VIII, al menos en algunos de sus cimientos, y del siglo XII, con excepcionales capiteles románicos. Tiene dos entradas, una frontal y otra lateral. Este último es un arco apuntado coronado por una cabeza humana.



